Opera

LA RAZÓN, 05. April 2014
UN “LOHENGRIN” JUSTAMENTE VITOREADO

Gerard Mortier se ha apuntado, ‘post mortem’ uno de sus (pocos) grandes éxitos en el Teatro Real, con este “Lohengrin” el que el coliseo ha cuajado una gran representación wagneriana, cercana en lo musical a los títulos –sobre todo “Tristán”- presentados en su día por Barenboim y la Staatsoper berlinesa o al “Parsifal” del recordado García Navarro. Hemos citado a dos directores, y fundamental, decisivo en este triunfo ha sido el germano Hartmut Haenchen (Dresde, 1943), un extraordinario maestro, gran intérprete de Mahler y notorio director de ópera, que, sin embargo, en sus visitas previas, con “Boris Godunov” y “Lady Maccbeth de Mtsensk”, no había obtenido la repercusión deseable a su trabajo. Haenchen, también excelente musicólogo y escritor, ya anotaba en el programa de mano (¡ay, dónde quedaron los otrora modélicos libro-programas del Real!) unas inteligentes reflexiones y observaciones sobre compositor, personaje y partitura, que luego ha trasladado con maestría, sapiencia, ejemplar control y caluroso fraseo a la orquesta, una Sinfónica de Madrid, entregada, visceral, de sonoridad fresca y fulgente, que obtuvo de la mano de su director uno de sus mayores triunfos recientes: ¡qué diferencia tan salvaje entre Haenchen y los Cambreling, Pérez, Piolet, y en parte Currentzis, que tanto han torturado y masacrado al conjunto sinfónico de referencia! Al nivel de la orquesta, sitúese al coro Intermezzo, con fabulosa actuación de conjunto. ...

Se vivió, con toda justicia, una jornada de éxito, ya anticipada al inicio del Acto II con la salida al foso de Haenchen, saludada con “bravos” y ovación de gala. ¡Qué raro se había vuelto todo esto en Teatro Real!
José Luis Pérez de Arteaga