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06. April 2014 · Madrid, Teatro Real, 18.00 Uhr

Richard Wagner: Lohengrin

Orquesta Sinfónica de Madrid; Coro del Teatro Real Madrid, Regie: Lukas Hemleb, Bühnenbild: Alexander Polzin
König Heinrich: Goran Juric; Lohengrin: Michael König; Elsa: Anne Schwanewilms; Friedrich von Telramund: Thomas Jesatko; Ortrud: Dolorah Zajick; Heerrufer: Anders Larsson; 4 Edelleute: Antonio Lozano; Gerardo López; Isaac Galán; Rodrigo Álvarez

Premiere 2
Das Team spricht über die Produktion hier Video- Trailer hier Rundfunksendung zur Vorbereitung der Produktion: hier Informationenhier, und hier, El Pais schreibt hier. Weitere Informationen hier und hier

Pressestimmen

Hasta la noche de ayer no había disfrutado yo plenamente del Lohengrin wagneriano. Sí, me divertí mucho con la puesta en escena de Konwitschny para el Liceo en el año 2000, pero lo que es musicalmente hablando, siempre me había resultado, pese a momentos bellísimos, una ópera larga y árida.
Pues anoche la disfruté como un enano, mira tú. Y es que la conjunción de intérpretes, coro y orquesta estuvo tan acertada que acabó siendo una velada operística realmente emocionante.
El principal artífice: Hartmut Haenchen al frente de la orquesta del Teatro Real, haciéndola sonar a las mil maravillas, recreándose en los momentos más líricos y rotunda pero sin estridencias en los más potentes. Una gozada.
El coro, tan importante en esta ópera, estuvo también a una grandísima altura, sobre todo el masculino, demostrando que no hace falta gritar para cantar en forte. ...
Ea.
http://operitas.blogspot.com.es · 23. April 2014
El principal artífice: Hartmut Haenchen al frente de la orquesta del Teatro Real, haciéndola sonar a las mil maravillas, recreándose en los momentos más líricos y rotunda pero sin estridencias en los más potentes. Una gozada. El coro, tan importante en esta ópera, estuvo también a una grandísima altura, sobre todo el masculino, demostrando que no hace falta gritar para cantar en forte.
Y finalmente el reparto también cumplió. Era teóricamente el segundo reparto, con la Elsa del primero. Y yo creo que salimos beneficiados en casi todos los roles.
Ea.
www.classissima.com · 23. April 2014
... Éxito total e indiscutible de la orquesta titular del teatro, bajo una dirección reposada, frondosa, transparente también, y muy brillante en el encaje de las fanfarrias colocadas en el escenario y las bañeras del teatro, de Haenchen, sin duda un wagneriano de gran escuela, que llevó las dinámicas desde matices pianísimo surgidos de la nada, hasta plenitudes sonoras que, sin embargo, respetaban siempre a los cantantes. No menos aclamado fue el coro: sólido, muy bien empastado, sobre todo en los messofortes y pianos, y algo menos pulido en el fuerte agudo.
Felices Pascuas.
www.noticiasdenavarra.com · 22. April 2014
Al frente del Coro Titular del Teatro Real (integrado en esta ocasión por casi un centenar de miembros) y la Orquesta Sinfónica de Madrid estuvo Hartmut Haenchen, el veterano maestro germano que volvía por tercera vez al foso madrileño (tras dos títulos rusos, otra de sus especialidades: “Boris Godunov” y “Lady Macbeth de Mtsensk”), probando en esta ocasión su categoría en este repertorio, al que otorgó gran transparencia de líneas y vigor teatral.
Rafa Banùs
www.clasicaytuits.com · 16. April 2014
El oro de Lohengrin

El público del Teatro Real no acostumbra a ponerse de pie. O lo hace en realidad para levantarse y marcharse, así es que el maestro Harmut Haenchen tiene razones para sentirse agasajado en las funciones de "Lohengrin" organizadas en Madrid.

Se alzaron muchos espectadores de sus butacas en el trance de los saludos, viniéndose a reconocer su criterio musical como mediador de la ópera wagneriana y como responsable de una versión sensible y corpulenta a la vez.
No es sencilla esta ópera, fundamentalmente porque existe la tentación de sobreactuar o de amanerarse. Más aún cuando el verdadero prodigio wagneriano radica en manifestar desde la oscuridad del foso el misterio de la emancipación del sonido.
Es una interesante teoría del maestro Christian Thielemann, según la cual y según el cual Wagner consigue en "Lohengrin" que nos arrobemos con la experiencia musical sin reparar el modo técnico o funcional en que se produce realmente el sonido.
Se entiende así la importancia que reviste la creación de una atmósfera, de un hábitat, amalgamándose los instrumentos, pero diferenciándolos también, más aún asumiendo que Wagner los utiliza para definir a sus personajes. Los metales predisponen al rey tanto como las maderas y las cuerdas graves "ambientan" a la pareja maléfica de Ortrud y Telramund, mientras que los violines se multiplican par envolver a Lohengrin.

Se ocupó de llevarlo a escena Michael König y lo hizo con refinamiento, fraseo elegante y autoridad en los agudos. Fue el suyo un Lohengrin más lírico que heroico. Y, por la misma razón, más expuesto al contraste con la voracidad vocal de Dolora Zajick, cuya personalidad y credibilidad subordinan los criterios metrosexuales con que la ópera contemporánea confunden los teatros con las pasarelas.

Impresiona la cantante americana y resalta aún más su envergadura vocal respecto a la Elsa pusilánime y distinguida de Anne Schwanewilms, depositaria de unas ovaciones resonaron tanto como las que se mereció el coro en una velada musicalmente imponente.
Musicalmente imponente y escénicamente discutible...
Ruben Amon
El Mundo · 08. April 2014
... Otra cosa es la música, servida, ésta sí, en grado de excelencia tanto desde el foso como desde las tablas. Pocas veces puede uno asistir a un contraste tan acusado entre la general grisura (en sentido literal y figurado) de la escena y la brillantez máxima de la respuesta musical. Hartmut Haenchen hace maravillas con la Orquesta Sinfónica de Madrid, de la que extrae un sonido vibrante, compacto, refulgente, poderoso en los metales y mórbido en las cuerdas, con una sobresaliente planificación y una ejecución a la altura, y no exagero, de los mejores fosos del mundo.
...La gran homogeneidad, dentro de la altísima calidad global, de las prestaciones musicales obraron el milagro y, pese a que la escena no entusiasmó a casi nadie, la velada terminó en clima de euforia, con especial reconocimiento para el soberbio trabajo de Haenchen. Una excelente oportunidad para cerrar los ojos y dejarse arrastrar por la bellísima y más que elocuente música de Wagner, que, bien servida, se basta por sí sola.
Martin Lasalle
www.elartedelafuga.com · 07. April 2014